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Juegos de Apoyo motriz y de pensamiento logico que ayudaran a losgrar nuestros objetivos educativos

Acompañamiento

Acompañamiento pedagogico con sentido de amor y respeto
 

COMO AYUDAR A LOS CAMBIOS DE LA PREADOLESCENCIA

viernes, 24 de mayo de 2013


Su hijo(a) preadolescente puede actuar como si sus deseos de guiarle no fueran bienvenidos o necesarios, e incluso, al percibirlos, puede sentirse avergonzado(a) de vez en cuando. Este es el momento en el que los niños(as) comienzan a confiar más en sus compañeros y solicitan tener su espacio y privacidad - por ello, puede esperar que la puerta de su habitación permanezca cerrada más a menudo.
Tan difícil como puede ser asimilar estos cambios, intente no tomarlos de forma personal. Estos son signos de la creciente independencia de su hijo(a). Usted va a tener que ceder un poco los lazos emocionales que ha mantenido con su hijo(a) y permitirle mayor espacio personal para su crecimiento. Pero esto no significa que deberá perder su conexión emocional completamente. Usted todavía tiene una poderosa influencia - simplemente su preadolescente puede incrementar su reacción al ejemplo que usted dé en lugar de las instrucciones que usted imparta. Así que predique con el ejemplo e intente predicar un poco menos durante esta temporada.
Impartir con su ejemplo las cualidades que usted quiere que su preadolescente aprenda y practique -comunicación respetuosa, gentileza, alimentación sana y cumplimiento de sus responsabilidades diarias sin quejas— incrementará las posibilidades de que su hijo(a) cumpla con ellas.
Los detalles pequeños y simples pueden reforzar la comunicación. Incluya en sus actividades el suficiente tiempo para compartir momentos especiales, la rutina de la que ya forman parte juntos y demuéstrele que le importa.
A continuación le damos algunos datos para lograrlo:A medida que su hijo(a) se acerca a la adolescencia y adquiere más independencia, mantenerse emocionalmente cercano a él o ella puede parecer un reto. Pero es tan importante como lo ha sido siempre, o quizás más importante que nunca.
En la medida en que las actividades en la escuela, los nuevos intereses y una vida social exitosa se vuelven más importantes a medida que su hijo(a) crece, usted todavía representa su base como hogar, proporcionándole amor, guía y apoyo.
Y esa conexión proporcionarán a su hijo(a) una sensación de seguridad que fortalecerá la entereza que él o ella necesitarán para lidiar con los altibajos de la vida.

Lo que puede esperar
Lo que usted debe hacer
  • Sentarse en la mesa para comer con la familia: Puede que a usted se canse tan solo de pensar que tiene que preparar una comida para la familia después de un día muy ocupado. Pero compartir una comida con la familia significa disfrutar juntos de momentos valiosos. Por ello, planéela y organícela tal y como haría otro tipo de actividad. Incluso si tiene que recoger alguna comida preparada, siéntense juntos en la mesa para comerla. Apague la televisión e intente no hacer caso al teléfono. Es imposible hacerlo cada noche, pero usted puede planear una cena a la semana que le venga bien a la agenda de su hijo(a). Planee algo divertido e involucre a todos en la preparación y en la posterior recogida y limpieza de la mesa. Compartir esta actividad ayuda a fortalecer los lazos afectivos familiares y el hecho de que todos colaboren refuerza el sentido de responsabilidad y trabajo en equipo.
  • La hora de irse a la cama y las buenas noches: Puede que su niño(a) ya no necesite que usted lo lleve a la cama, pero mantener un horario consistente para irse a la dormir ayuda a que su preadolescente obtenga el sueño que necesita para crecer saludable y fuerte. Por ello, cree un momento de tranquilidad juntos justamente antes de irse a dormir. Lean juntos. Conversen sobre los momentos importantes del día y sobre los planes para el día siguiente. Incluso si su preadolescente ya ha crecido demasiado como para que usted pueda acostarlo en su camita, todavía hay tiempo para un abrazo o un beso de buenas noches. Si su gesto no es bienvenido, intente una caricia suave en la espalda o en el hombro a medida que usted le dice buenas noches.
  • Comparta los momentos cotidianos: Encuentre las pequeñas cosas que les permiten estar juntos. Invite a su preadolescente a que le ayude a pasear al perro. Invítese usted mismo(a) a acompañarlo(a) cuando sale a correr. Lavar el carro, hornear galletas, rentar películas, ver un programa de televisión favorito - todas son oportunidades para que disfruten estando juntos. Y también son oportunidades para que su hijo(a) le hable sobre lo que le pasa por la mente. Incluso cuando van en el carro es un buen momento para que establezcan lazos de comunicación. Cuando usted esté manejando probablemente su preadolescente se sentirá más inclinado a mencionar algo que le moleste. Ya que usted estará concentrado en la carretera, él o ella no tendrán que establecer contacto visual, lo cual puede aliviar la incomodidad de expresar lo que se siente.
  • Cree momentos especiales: Comience la tradición de celebrar ocasiones familiares significativas más allá de los cumpleaños y de las fiestas. Celebrar ocasiones especiales como las buenas calificaciones escolares o haber ganado un partido de fútbol ayuda a reforzar los lazos familiares.
  • Demuestre afecto: No subestime la importancia de decir y demostrar cuánto quiere a su preadolescente. Hacerlo asegurará que su hijo(a) se sienta seguro y amado. Y usted estará demostrando formas sanas de demostrar afecto. Con esto en mente, su hijo o hija pueden comenzar a sentirse un poco intimidados al ver muestras de cariño, especialmente en público. Puede que su hijo(a) rechace su abrazo o beso, pero no tiene nada que ver con usted. Simplemente reserve ese tipo de demostración de cariño para los momentos cuando los amigos de su hijo(a) no estén presentes. Y en público, encuentre otras formas de demostrar que su hijo(a) le importa. Una sonrisa o una expresión de saludo pueden comunicar un mensaje cariñoso y al mismo tiempo respetar los límites físicos. Reconozca en alto las maravillosas cualidades de su hijo así como las habilidades que desarrolla en cuanto ocurran. Usted puede decir algo como “Qué bonito dibujo -realmente tienes una gran facilidad para el arte” o “Estuviste fabuloso jugando hoy al fútbol - Me encantó verte jugando en el campo."
  • Permanezca integrado: Sea parte de los intereses crecientes de su preadolescente. Integrarse significa permanecer más tiempo juntos y compartir experiencias. Usted no tiene que ser el líder de los Boy Scouts, voluntario(a) en su salón de clases o entrenador(a) de fútbol para demostrar interés en las actividades de su preadolescente. Puede que su hijo(a) quiera formar parte de actividades en las que usted no forme parte, lo cual no tiene nada de malo. Asista a juegos y a las prácticas cuando pueda; cuando no pueda, pregunte cómo han ido las cosas y escuche atentamente. Ayude a que su hijo(a) hable sobre sus decepciones y demuestre comprensión cuando él o ella hable de la pelota cuyo alcance hizo ganar al equipo contrario. Su actitud de cara a algún revés enseñará a su preadolescente a aceptarlos, a sentirse bien respecto a ellos, y a construir la valentía para intentarlo de nuevo.
  • Permanezca interesado(a): Manténgase interesado y curioso acerca de las ideas de su preadolescente, sus sentimientos y experiencias. Si usted escucha lo que él o ella están diciendo, tendrá un mejor entendimiento de la guía, perspectiva y soporte necesarios. Y responder de formas que no emitan juicios hará que su hijo(a) se sienta más inclinado a compartir con usted sus sentimientos en tiempos difíciles.

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SOBRE LOS NIÑOS DESOBEDIENTES...


Empecemos analizando un caso típico de desobediencia:  María es una alumna de 16 años que muestra una actitud desafiante en clase con el profesor. Con todos los profesores. Éstos piensan que no ha debido llegar al bachillerato y que se le debió encauzar hacia una formación profesional de grado medio. Pero el caso es que está ahí y que contesta y no quiere obedecer a los profesores en nada. Cuando el profesor le pide que salga a la pizarra, no quiere. Cuando el profesor le pide que haga un ejercicio, se niega. Por supuesto, Susana ha suspendido todos los exámenes y seguramente repita el curso. De todas formas, el tutor quiere darle una oportunidad.
¿Qué podemos hacer?
Los adolescentes, a menudo, adoptan actitudes inmaduras y exhibicionistas, para llamar la atención de sus profesores, compañeros, padres... Su personalidad en busca de identidad les hace difícil aceptar la autoridad y la obediencia. Los docentes ante alumnos adolescentes debemos replantearnos la forma de ejercer la autoridad, adecuándonos al perfil psicológico de nuestros alumnos. Evidentemente, no debemos temer el ejercer la autoridad y exigir el cumplimiento de unas normas; el alumno adolescente necesita normas. Éstas le proporcionan seguridad.

Los docentes debemos cambiar nuestra forma de mandar. Mandar sin imperar. Muchas veces a nuestros alumnos les rebela más la forma como les decimos las cosas que el contenido de las mismas. Si les exigimos con confianza y buenos modos, responderán mejor. Evitaremos actitudes autoritarias y proteccionistas. Tenemos que contar con su opinión. A estas edades valoran mucho el que les tengas en cuenta, el que escuches sus argumentos antes de decidir. Combinemos autoridad con amistad, para que nuestros alumnos confíen en nosotros.
Para facilitar la obediencia, resulta esencial que el alumno sepa lo que esperas de él o de ella.
Por último, es preferible no reñirle en presencia de sus compañeros. Es más eficaz hacerlo a solas. Evidentemente el caso que se nos ha presentado puede resultar más complicado. Habría que dialogar con Susana y ver de qué forma nosotros podemos ayudarle. Tendremos que exigirle pero exigirle con cariño.
Si seguimos los consejos anteriores, si la escuchamos, si la hablamos con exigencia y respeto a solas, habremos puesto todo de nuestra parte. No es poco.

Medidas de prevención de conflictos y de intervención en el aula

Obviamente, poder evitar los conflictos en el aula es la mejor opción. Los expertos recomiendan, como medida de prevención, trabajar el clima del grupo-clase, intentando crear un ambiente de proximidad y participación. Se deben trabajar los elementos afectivos de la relación profesor-alumno, ya que ayudan a mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
También debemos cuidar la justicia, es decir, reaccionar de igual manera ante la misma situación, aunque se trate de alumnos diferentes.

En cuanto al trabajo en el aula, es importante ser sistemático en la aplicación de las normas, en los plazos de entrega de trabajos, en la evaluación, etc. Es recomendable disponer de tareas que puedan realizar con éxito los alumnos/as que presentan conductas disruptivas, ayudando así a reforzar su autoestima, a participar y a asumir la responsabilidad de sus acciones. Así, se mantiene una actitud dinámica que permite controlar varias actividades al mismo tiempo, evitando que surjan conductas disruptivas y se consigue, antes que amenazar o castigar, ofrecer al alumno disruptivo otra actividad como alternativa.

Intervención en el aula
A la hora de intervenir en un conflicto generado en el aula, es deseable que el profesor mantenga una actitud calmada y evite enfrentamientos directoslo que implica:
» Ser conscientes de que a los adolescentes les divierte poner a prueba la autoridad del adulto.
» Enfrentarse correctamente a la situación. Esto conlleva mantener el autocontrol con el fin de:  No sobrevalorar el conflicto.Evitar implicarse personalmente en el mismo, en el momento del conflicto y posteriormente (no llevarse el trabajo a casa).
» Mostrarse sereno, calmado, tranquilo y a la vez enérgico.
» Hacer comentarios cortos y directos: sin críticas ni amenazas.
» No referirse a incidentes anteriores.
» En cuanto que sea posible, desviar la atención hacia otro tema, para que se pase el "acaloramiento" y se pueda retomar la clase, evitando así perder más tiempo.
» Mantener una actitud persuasiva más que coercitiva hacia el alumno problemático. Desafiarle, retarle o humillarle en público sería un error, ya que, por su situación personal, normalmente estos alumnos no responden a actitudes amenazantes, al contrario, podría reafirmarles en su comportamiento.
» Enfocar el conflicto hacia la tarea y no hacia la persona.
» Corregir la conducta y no al alumno/a.
» Evitar comparaciones con los compañeros.
» Procurar no caer en la tentación de sermonearle, es preferible intentar negociar.
» No mostrarse inflexible: el alumno puede entender las expectativas del profesor si se le explican.

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QUÉ HACER FRENTE A LAS DIFICULTADES DE LENGUAJE EN LOS NIÑOS !!!

jueves, 16 de mayo de 2013


HOLA A TODOS

Hoy les contaré a cerca de las dificultades de lenguaje que pueden presentar los niños, es una información que puede ayudarle a estar alerta a algún cambio o retraso en el desarrollo del habla de su hijo, algún familiar o conocido. 

Independientemente de la edad que tenga el niño, reconocer y tratar los problemas lo antes posible es el mejor enfoque para ayudar en los retrasos del habla y del lenguaje. Con una terapia adecuada y tiempo, lo más probable es que su hijo pueda comunicarse mejor con usted y con el resto del mundo.

Saber qué es "normal" y qué no lo es en el desarrollo del habla y del lenguaje puede ayudar a dilucidar si usted debería preocuparse o si su hijo está evolucionando correctamente en ambos ámbitos.

Entender el desarrollo normal del habla y el lenguaje

Es importante que en cada una de los exámenes médicos programadas por el pediatra de su hijo hable con él sobre el habla y el desarrollo del lenguaje, así como sobre otros aspectos del proceso evolutivo del pequeño que le preocupen. Puede ser difícil saber si su hijo solo es inmaduro en su capacidad para comunicarse o tiene algún problema que requeriría atención profesional.
Las siguientes normas sobre el desarrollo pueden servirle de guía:

Antes de los 12 meses

Es importante que a los niños de esta edad se les observe a fin de detectar indicadores de que utilizan la voz para relacionarse con el entorno. El balbuceo es una fase inicial del desarrollo del habla. Cuando los bebés crecen (a menudo en torno a los nueve meses), empiezan a unir sonidos, a incorporar las distintas entonaciones del habla y a decir palabras como "mamá" y "papá" (sin entender realmente lo que significan).
Antes de los doce meses, los bebés deberían ser receptivos a los sonidos y empezar a reconocer nombres de objetos de uso común (por ejemplo, biberón, chupete, etc.). Los bebés que observan atentamente su entorno pero no reaccionan al sonido es posible que presenten deficiencias auditivas.

Entre los 12 y los 15 meses

Los niños de esta edad deberían tener un amplio abanico de sonidos en su balbuceo (como p, b, m, d, o n), empezar a imitar y aproximarse a sonidos y palabras emitidos por los miembros de sus familias y típicamente decir una o más palabras (excluyendo "mamá" y "papá") de forma espontánea. Los nombres suelen ser los primeros, como "bebé" y "pelota". Su hijo también debería entender y seguir instrucciones de un solo paso ("Por favor, pásame el juguete", por ejemplo).

De los 18 a los 24 meses

Aunque hay una gran variabilidad, la mayoría de niños dicen unas 20 palabras cuando tienen aproximadamente 18 meses y unas 50 o más cuando cumplen dos años. En torno a esta edad, los niños empiezan a combinar dos palabras en frases muy simples, como "bebé llorar" o "papá grande". Un niño de dos años debería poder identificar objetos de uso común, dibujos de tales objetos, indicar sus propias partes del cuerpo cuando alguien se las señala y seguir instrucciones de dos pasos (como "Por favor, recoge el juguete y dámelo").

De dos a tres años

Los padres suelen presenciar una "explosión" en el habla de su hijo. El vocabulario de su pequeño debería crecer considerablemente (demasiadas palabras para contarlas) y el niño debería combinar de forma sistemática tres o más palabras en frases más largas.
Su comprensión también debería mejorar; con tres años, un niño debería empezar a entender qué significa "ponlo en la mesa" o "ponlo debajo de la cama". Su hijo también debería empezar a identificar colores y a entender conceptos descriptivos (grande frente a pequeño, por ejemplo).

¿Qué es la terapia del habla y del lenguaje?

La terapia del habla y del lenguaje es el tratamiento para la mayoría de los niños con discapacidades del habla y aprendizaje del lenguaje. Las discapacidades en el habla se refieren a problemas con la producción de sonidos, mientras que los problemas con el aprendizaje del lenguaje son las dificultades al combinar las palabras para expresar ideas.

Trastornos del habla y del lenguaje

La Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición (American Speech-Language-Hearing Association, ASHA) clasifica los trastornos del habla según describimos a continuación:
  • Los trastornos de articulación - dificultad producir sonidos en las silabas y al emitir palabras de forma incorrecta de modo que otras personas no pueden entender lo que la persona está diciendo.

  • Trastornos con la fluidez del habla con problemas que incluyen tartamudez - una condición donde el habla se interrumpe debido a pausas anormales, repeticiones o sonidos prolongados y silabas.

  • Resonancia o trastornos de la voz - incluye problemas con el tono, el volumen o la calidad de la voz. Distrae a los oyentes de lo que se está diciendo. Estos tipos de trastornos también pueden causar dolor al niño o hacerle sentir incómodo cuando está hablando.

  • Disfagia oral/trastornos de la alimentación - incluye dificultades al comer o al tragar
Los terapeutas utilizan una variedad de estrategias incluyendo:
  • Actividades de intervención del lenguaje. En estos ejercicios el terapeuta del Habla y del Lenguaje interactuará con un niño jugando y hablando. El terapeuta puede utilizar fotos, libros, objetos o eventos actuales para estimular el desarrollo del lenguaje. El terapeuta también puede pronunciar correctamente las palabras como ejemplo y utilizar ejercicios de repetición para fortalecer el habla y los mecanismos del lenguaje.

  • Terapia de la articulación. Los ejercicios de articulación o producción de los sonidos incluyen la pronunciación correcta de sonidos y silabas por parte del terapeuta generalmente durante actividades de juego. El terapeuta le demostrará físicamente al niño cómo emitir ciertos sonidos como el sonido de la “r” y cómo mover la lengua para producir ciertos sonidos.

  • Terapia oral y motora de la alimentación. El terapeuta utilizará una variedad de ejercicios, incluyendo el masaje facial, y movimientos para ejercitar la lengua, labios y mandíbula que fortalecen los músculos de la boca. El terapeuta también trabajará con diferentes texturas y temperaturas de alimentos para incrementar la atención oral del niño mientras come y traga.
  • ¿Cuándo es necesaria la terapia?

    Los niños pueden necesitar fonoaudiología por una variedad de razones:
    • Problemas de audición
    • Retrasos cognitivos (intelectuales, del raciocinio) u otros retrasos del desarrollo
    • Musculatura oral débil
    • Defectos de nacimiento como el labio leporino
    • Autismo
    • Problemas motores
    • Problemas respiratorios (trastornos de la respiración)
    • Trastornos al tragar
    • Lesiones cerebrales traumáticas
    La terapia debe comenzar lo antes posible. Los niños que reciben terapia temprano en su desarrollo (aquellos menores de 3 años de edad) tienden a tener mejores resultados que aquellos que comienzan la terapia más tarde. Esto no quiere decir que los niños mayores no se benefician de la terapia sino que lo hacen a un ritmo más lento porque ya han aprendido otros patrones que deberán cambiar.

    Encontrando a un terapeuta

    Es importante cerciorarse que el terapeuta que usted elija, el terapeuta tenga como mínimo una maestría en esta especialidad.
    Algunas veces los asistentes en las terapias (los cuales generalmente han completado una licenciatura asociada de dos años o una licenciatura universitaria) pueden ayudar a administrar servicios de terapia del lenguaje bajo la supervisión de un terapeuta certificado. El terapeuta de su hijo debe tener una licencia certificada y tener experiencia profesional en el trastorno especifico de su hijo.
    Usted puede pedirle al doctor de su hijo o a uno de los maestros en la escuela que le recomiende a un especialista. También puede chequear el directorio telefónico local. Las asociaciones de su ciudad especializadas en patologías del habla y del lenguaje, y audición, también mantienen listados de terapeutas certificados y licenciados.

    Ayudando a su hijo

    Los expertos consideran que involucrar a los padres es crucial para el progreso del niño en este tipo de terapia.
    Los padres son una parte muy importante en la terapia y ayudan a determinar el éxito del programa. Los niños que completan el programa con más éxito y con los mejores resultados a largo plazo son aquellos cuyos padres han estado involucrados.
    Pregúntele a su terapeuta sobre la mejor forma de ayudar a su hijo en la terapia. Por ejemplo, es importante que usted ayude a su hijo a realizar las actividades de estimulación en casa que sugiera el terapeuta, para asegurar el progreso continuo y la práctica de los nuevos hábitos aprendidos.
    "El proceso de superar un trastorno del lenguaje puede tomar algún tiempo. Por ello, es importante que todos los miembros de la familia sean pacientes y entiendan la situación del niño".



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