La presencia de un examen saca las mejores virtudes de cada uno, donde se deben mezclar la originalidad, la creatividad y la constancia. Pero al final el esfuerzo vale la pena.
Pautas que mejoran la memoria
- Inventar ejemplos sobre los temas, que sean diferentes a los que da el libro. Lo más probable es que el profesor pida ejemplos o justificaciones y eso no será una sorpresa.
- Algunas personas recomiendan poner de fondo música clásica o sonidos suaves. Lo mejor es aprender a adaptarse a cualquier entorno.
- Siempre que sea posible, dibujar sobre lo que se está estudiando, o anotar en otra hoja las palabras difíciles o fórmulas para poderlas leer con frecuencia en cada momento.
- Si el ambiente de estudio es el indicado, probablemente tenga pegado algunas láminas o cuadros. Excelente. Leerlos o mirarlos de vez en cuando.
- Si la materia tiene muchos nombres difíciles para memorizar, una manera divertida de estudiar es anotar cada palabra en un papel, y todos ellos guardarlos en una bolsa. De a uno, ir sacando cada papel y tratar de hablar acerca de esa palabra. De esa forma se asegura ubicar los nombres en la memoria de manera desordenada que es como realmente aparecen en el examen (en una ocasión memoricé 130 nombres de drogas para “Farmacología” utilizando este método).
Estudiar el tema como si se tuviera que explicar
- A medida que se vaya avanzando en el tema, confeccionar un cuestionario guía de preguntas, lo más detalladas posibles. Ese cuestionario deberá ser resuelto al día siguiente antes de comenzar con el tema nuevo. A medida que avancen los días y las preguntas, se podrá saber cuáles son las que más cuestan. De ese modo, se podrá repasarlas y memorizarlas. Y tal vez algunas de las preguntas que se haya inventado aparecerán realmente en el examen.
- También se puede usar ese cuestionario con los compañeros. Al leérselos, ellos sabrán cuánto han estudiado y cuánto no.
- Intenta lo que he bautizado como “Prueba maestro”: se trata de estudiar y repetir como si se tuviera que explicar a otra persona. De hecho, mejor si se cuenta con alguien para explicarlo de verdad. Por un lado, se podrá afianzar lo que se sabe y la vez se tendrá que sortear las preguntas que se puedan recibir, además de ayudar a alguien que lo necesita. Es un ejercicio muy útil.
- En todos los casos, el manejo del tiempo es fundamental.
Estudiar sentados o en movimiento
- Si se tiene la posibilidad de conseguir modelos de exámenes anteriores, adelante. Son muy buenos para dar una idea de cómo será el parcial. Pero no debe cometerse el error de estudiar pura y exclusivamente de allí. Es sólo un ejemplo y funciona como tal.
- Tampoco cometer el error de estudiar en función de cómo son las clases. Muchas veces queda implícita la responsabilidad de estudiar a un nivel más profundo. Por eso siempre es mejor, por lo menos para el primer examen, estudiar lo más posible usando como guía el programa y “tantear” cuál es la exigencia del parcial.
- Asegurarse de haber leído todo para no tener que repasar con las hojitas en la puerta del salón. Sí es posible sacarse dudas de último momento, pero no memorizar algo cinco minutos antes de entrar.
- Algunas personas estudian mejor sentadas, y otras, en movimiento. SI es ese el caso, una buena opción es grabar las clases y oírlas mientras se camina.
- Mucho mejor, si las condiciones lo permiten, que sea al aire libre. Se ha descubierto que el contacto con la tierra aumenta la inteligencia.
Ojo con la fatiga mental
Muchas veces se acumula el cansancio del día o del mes (incluso de todo el año), y eso entorpece nuestro desarrollo intelectual. No hay que olvidar que el cerebro necesita variedad para mantenerse activo. Por ello, le hará mucho mejor cambiar de actividad que dormir.
Es posible practicar y aumentar esa valiosa virtud llamada memoria. Se fortalece como un músculo, sólo hay que ejercitarla y practicar.
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